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30/11/2017

Evolución del concepto de reverse vending

¿Qué es el reverse vending? ¿Cómo ha evolucionado el concepto en los últimos tiempos? Lo vemos todo en las siguientes líneas, en este nuevo post del blog.

El reverse vending nacía como complemento a los sistemas tradicionales de recogida selectiva de envases, como un canal dentro de las estructuras de retorno y devolución. Una vía de mejora de las cifras de reciclaje gracias a su apuesta por los incentivos.

A grandes rasgos, podemos decir que se trata de recuperar envases no biodegradables a través de unos equipos de recogida. Los usuarios introducen en las máquinas por ejemplo vasos del café usados y reciben un incentivo por su contribución a la cultura del reciclaje. Puede ser dinero en metálico o descuentos en un determinado supermercado entre otras cosas.

Lo cierto es que en España este concepto aún no está muy extendido. Podríamos decir que se encuentra en una fase inicial. Está previsto que estas máquinas, si están concebidas para abarcar diversos materiales, lo hagan separándolos de forma adecuada, comprimiéndolos mediante un sistema mecánico de prensión y después almacenándolos hasta su recolección.

Que una empresa como Decovending apueste por el reverse vending deja constancia de su compromiso con el cuidado del medio ambiente. Esos sí, hay que perfilar correctamente el funcionamiento de los sistemas de depósito, devolución y retorno.

Incluso algunas empresas permiten al usuario crear una cuenta para ir recopilando puntos. A través de la pantalla de la reverse vending, acceden a su cuenta personal para ir depositando los envases y obtener un punto para cada uno. Tras introducirlos todos, la máquina genera un ticket con un código QR. Estas aplicaciones también permiten realizar un seguimiento de la actividad de reciclaje y el impacto ambiental derivado de la colaboración en el proceso de recuperación. En otros casos, en vez de envases de las máquinas de vending, lo que se deposita a la espera de una “recompensa” son botellas de plástico, latas de bebida, pilas o teléfonos móviles.

Se articule como se articule, el objetivo siempre es el mismo: aumentar la concienciación ciudadana acerca de la gestión responsable de los residuos sólidos urbanos. Algo importante teniendo en cuenta que se calcula que en 2025 se produzcan 6 millones de toneladas de residuos al día, el doble del nivel actual.

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