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El café es una de las bebidas más consumidas en todo el mundo. En función de cómo ha sido tostado el café, podemos diferenciar entre tres tipos de cafés diferentes: natural, mezcla y torrefacto. Son muchas las personas que tienen dudas acerca de las diferencias entre café natural y torrefacto. En España se calcula que alrededor del 40% del café que consumimos es de mezcla.
El origen del café torrefacto se remonta al Siglo XVII. Por aquel entonces se tenía la creencia de que este tipo de café conseguía mantener durante más tiempo las propiedades naturales del café. No obstante, con el paso del tiempo la ciencia ha desmentido esta creencia.
Acerca de cuál de estos café es mejor desde el punto de vista nutricional, lo cierto es que no hay apenas diferencias. Una taza de café espresso, tanto torrefacto como natural o mezcla, aporta menos de 5 kilocalorías. Acerca de las propiedades de la cafeína, estas no varían. Por lo tanto, los beneficios que aporta al cuerpo son los mismos en el café torrefacto que en el de tueste natural: incrementa la energía tanto a nivel físico como mental, mejora el rendimiento deportivo y aumenta la capacidad tanto de atención como de concentración.
A pesar de que nutricionalmente no existen diferencias entre el café natural y el torrefacto, son muchas las personas que prefieren el primero de ellos. Las razones de su decisión. Por un lado, sostienen que tiene un sabor más puro ya que durante el tueste no se les ha añadido azúcar ni ningún aditivo. Y, por otro lado, el amplio abanico de arábicas pueden lograr en el paladar muchos matices diferentes.
Desde Decovendig sabemos que resulta interesante conocer cuáles son las diferencias que existen entre ambos tipos de café. Por término medio, en todo el mundo las personas consumen anualmente 1,3 kilos de esta bebida. España ocupa el puesto número 19 en el ránking global, con un consumo de 4,5 kilos de café por persona. A la cabeza, Finlandia, donde cada uno de sus habitantes consume de media 12 kilos de café al año.
